Valoración del perfil nutricional y calidad de la dieta de jóvenes universitarios

Abstract

La valoración del estado nutricional como un indicador del estado de salud, es un aspecto importante en la localización de grupos de riesgo de deficiencias y excesos dietéticos que pueden ser factores de riesgo en muchas de las enfermedades crónicas más prevalentes en la actualidad. Múltiples estudios epidemiológicos y clínicos demuestran que los cambios en la dieta producidos en los últimos años, han provocado un alarmante aumento del número de españoles con problemas de sobrepeso y obesidad, un incremento en niveles de colesterol hasta concentraciones similares a las de los países del norte de Europa, así como incremento de la presión arterial. Igualmente, el consumo de dietas con alta densidad energética y baja densidad de nutrientes, puede provocar desnutriciones subclínicas que afecten a nutrientes esenciales. Existe, por tanto, la posibilidad de modificar la dieta como una medida preventiva o como una manera de retrasar la aparición de enfermedades y esta intervención, importante en cualquier época de la vida, puede ser de especial relevancia si se lleva a cabo en etapas tempranas como consecuencia de un diagnóstico precoz. El estilo de vida de los jóvenes, puede conducir a hábitos alimentarios y modelos dietéticos y de actividad física que se comporten como factores de riesgo en enfermedades crónicas. Las presiones publicitarias, regímenes de adelgazamiento mal programados, horarios irregulares en el consumo de alimentos, etc., pueden convertirse en factores de riesgo nutricional. Todo ello, convierte a este segmento de la población en un grupo especialmente vulnerable desde el punto de vista nutricional.

The assessment of nutritional status as a health indicator is essential when identifying groups vulnerable to dietary deficiencies or excesses; these eventually become the leading causes of the prevalent chronic diseases we face today. Numerous epidemiological and clinical studies show that the shifts in eating habits in recent years have triggered an alarming uptick in overweight and obesity in Spain, as well as a surge in cholesterol and blood pressure similar to northern European countries. Similarly, the consumption of a highly caloric diet that is, at the same time, low in nutrients can lead to subclinical undernutrition; this, in turn, negatively impacts overall nutrition. Therefore, altering eating habits as a precaution or as a means to hinder the development of illnesses is indeed a possibility, and this form of intervention, at any stage of life, can be particularly effective if is carried out on the outset of an early diagnostic. Diet and exercise habits developed and consolidated during youth may become the significant risk factors for chronic illness. Public advertising, ill-advised rapid weight loss programs, inconsistent eating schedules, etc may jeopardize nutrition. All the aforementioned turns this segment of the population into a highly vulnerable group from a nutrition perspective.