La integración de alumnos con discapacidad en los estudios superiores: el caso de la Universidad de Burgos

Abstract

Cada vez es mayor el número de alumnos con discapacidad que accede a la formación universitaria fruto, en parte, del éxito de los programas de integración en los niveles anteriores. Este hecho ha dado lugar a que algunos autores (Alcantud, 1997; Rivas, 1997) hablen de población emergente para reseñar el aumento porcentual que se produce cada año señalando que los tipos de discapacidad que más frecuentemente engrosan las listas universitarias son las limitaciones sensoriales (visual y auditiva) y motóricas. Esta situación requiere, cuando menos, una reflexión acerca de los factores que pueden explicarla y lo que es más importante de aquellos que pueden mejorarla. Podríamos hablar de dos planteamientos radicalmente opuestos, el primero defendido por quienes sostienen que son los propios afectados, sus limitaciones y deficiencias el factor más influyente en las posibilidades reales de integración educativa. En el otro extremo, el segundo atribuye el éxito o fracaso del proceso integrador a la sociedad, y más en concreto a sus actitudes, prejuicios y estereotipos que como grupo mayoritario muestra hacia las minorías (Jenaro, 1995). La institución universitaria ha dado respuesta a esta realidad creando plataformas de intervención dirigidas, principalmente, a garantizar la igualdad de oportunidades y ofreciendo servicios que favorecen el proceso de integración educativa en el último tramo académico. De las 68 universidades existentes actualmente en España, alrededor del 50% disponen de proyectos de integración de alumnos con discapacidad que llevan a cabo a través de Unidades o Servicios, la mayoría de los cuales se han creado en los últimos siete años. La presente comunicación trata de reflejar la situación concreta de la Universidad de Burgos analizando la evolución de los alumnos y alumnas con discapacidad matriculados en los tres últimos cursos y considerando las demandas que los propios alumnos y alumnas con discapacidad han realizado a la unidad de apoyo creada como un servicio dependiente del Vicerrectorado de Estudiantes.

More and more students with disabilities are entering university education, partly as a result of the success of integration programs at the previous levels. This fact has led to some authors (Alcantud, 1997; Rivas, 1997) speak of emerging population to outline the percentage increase that occurs each year, pointing out that the types of disability that most frequently swell the university lists are sensory (visual and auditory) and motor limitations. This situation requires, at least, a reflection on the factors that can explain it and what is more important of those that can improve it. We could speak of two radically opposed approaches, the first defended by those who argue that it is those affected, their limitations and deficiencies the most influential factor in the real possibilities of educational integration. At the other extreme, the second attributes the success or failure of the integration process to society, and more specifically to its attitudes, prejudices, and stereotypes that as a majority group shows towards minorities (Jenaro, 1995). The university institution has responded to this reality by creating intervention platforms aimed, mainly, at guaranteeing equal opportunities and offering services that favor the process of educational integration in the last academic stretch. Of the 68 universities currently existing in Spain, around 50% have integration projects for students with disabilities that they carry out through Units or Services, most of which have been created in the last seven years. This communication tries to reflect the specific situation of the University of Burgos analyzing the evolution of students with disabilities enrolled in the last three years and considering the demands that students with disabilities have made to the support unit created as a service dependent on the Vice-Rectorate for Students.