Identificador persistente para citar o vincular este elemento: http://hdl.handle.net/10662/11085
Títulos: Qué emociones piensan los futuros maestros que sienten los alumnos ante el cyberbullying. Análisis de su experiencia previa sobre la percepción
Otros títulos: What emotions think future teachers feel pupils before cyberbullying. Analysis of your previous experience about perception
Autores/as: Heras Martínez, Marta de las
Palabras clave: Futuros maestros;Cyberbullying;Emociones;Experiencia previa;Future teachers;Emotions;Previous experience
Fecha de publicación: 2019
Editor/a: Asociación INFAD
Universidad de Extremadura
Resumen: El escenario del futuro maestro nos muestra una población con escasa experiencia respecto a la forma de actuar frente al acoso (Álvarez-García et al., 2010). Muchos estudios se han centrado en el análisis de las emociones como factor de motivación del comportamiento. Los resultados han mostrado que actuar sobre las emociones puede provocar una modificación de conducta hacia la reducción del acoso. Las investigaciones señalan que bajos niveles de emociones negativas pueden legitimar los comportamientos de acoso (Perren y Gutzwiller-Helfenfinger, 2012) y que la experimentación de satisfacción puede contribuir a su incremento (Menesini, Palladino y Nocentini, 2015). Nuestro objetivo es conocer la percepción del cyberbullying en las aulas en los futuros maestros, y analizar si está condicionada por su experiencia previa con el acoso. Han participado en el estudio 1122 estudiantes del grado de Educación de la Universidad de Castilla-La Mancha. Los alumnos tenían que identificar qué emociones consideraban que caracterizaban a víctimas, agresores y observadores. La escala estaba constituida por 14 emociones, placenteras, displacenteras y neutras (Larrañaga, Navarro y Yubero, 2018), con respuesta dicotómica. Los resultados apuntan que los futuros maestros reconocen en las víctimas miedo, indefensión, malestar, tristeza y preocupación. Asocian el comportamiento agresivo con emociones positivas: satisfacción, diversión y bienestar. Es interesante destacar que en víctimas y observadores consideran que aparece la culpa y la vergüenza. En el análisis diferencial según la experiencia previa, los que han sido agresores informaron de mayor ira en las víctimas, ligeramente superior en el rol mixto de víctima/agresor. También en mayor porcentaje de culpa en los agresores y los observadores. Los estudiantes que habían sido víctimas/agresores indican en mayor porcentaje que los agresores no sienten ‘nada’. Casi el 80% de los que habían sido agresores indicaron que en los observadores se producía sorpresa. Estos resultados pueden tener implicaciones relevantes para la intervención en las aulas.
The scenario of the future teacher shows us a population with Little experience regarding the way of acting against bullying (Álvarez-García et al., 2010). Many studies have focused on the analysis of emotions as a motivating factor of behavior. The results have shown that acting on emotions can lead to behavior modification towards reducing bullying. Research indicates that high levels of negative emotions can legitimize bullying behaviors (Perren & Gutzwiller-Helfenfinger, 2012) and that satisfaction experimentation can contribute to their increase (Menesini, Palladino & Nocentini, 2015). Our goal is to know the perception of cyberbullying in the classrooms of future teachers, and analyze if it is conditioned by their previous experience with bullying. Have participated in the study 1122 students of the degree of Education of the University of Castilla-La Mancha. The students had to identify which emotions they considered to characterize victims, aggressors and observers.The scale consisted of 14 emotions, pleasurable, unpleasant and neutral (Larrañaga, Navarro & Yubero, 2018), with a dichotomous response. The results point out that the future teachers find in the victims fear, helplessness, discomfort, sadness and worry. They associate aggressive behavior with positive emotions: satisfaction, fun and wellbeing. It is interesting to note that victims and observers consider that guilt and shame appear. In the differential analysis according to previous experience, those who have been aggressors reported greater anger in the victims, slightly higher in the mixed role of victim/aggressor. Also in greater percentage of fault in the aggressors and the observers. The students who had been victims/aggressors indicate in a greater percentage that the aggressors do not feel ‘nothing’. Almost 80% of those who had been aggressors indicated that surprise occurred in the observers. These results may have relevant implications for the intervention in the classrooms.
URI: http://hdl.handle.net/10662/11085
ISSN: 0214-9877
DOI: 10.17060/ijodaep.2019.n1.v3.1496
Colección:Revista INFAD 2019 Nº 1, Vol. 3

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