Identificador persistente para citar o vincular este elemento: http://hdl.handle.net/10662/10112
Títulos: Nutrición y trastornos de la conducta alimentaria
Autores/as: Morcillo Chamizo, María
Director/a: Aranda Medina, Emilio
Pérez Nevado, Francisco
Palabras clave: Trastornos de la conducta alimentaria;Eating disorders
Fecha de publicación: 2019-12-18
Resumen: En los países más desarrollados es habitual el consumo de alimentos altamente procesados y azucarados, generalmente son dietas deficientes en frutas y verduras que no van acompañadas de una actividad física, lo cual puede desencadenar la aparición de la obesidad, lo que conlleva a generar un miedo que puede desencadenar en algún tipo de trastorno alimentario. Los trastornos de conducta alimentaria representan la tercera enfermedad crónica más común en jóvenes a nivel mundial lo que constituye en la actualidad un problema de gran relevancia social. Son más frecuentes en mujeres adolescentes y están caracterizados por una alteración en el patrón de la alimentación que provoca malnutrición y en casos más graves, puede originar la muerte. Hasta ahora los trastornos más comunes eran la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa; sin embargo, en los últimos tiempos los trastornos de conducta alimentaria no especificados están cobrando gran importancia. Muchos estudios han intentado encontrar la causa de estos trastornos, pero en ninguno de ellos se ha logrado establecer una causa que los genere, ya que se tratan de enfermedades multifactoriales. Factores genéticos, individuales o socioculturales que junto con los medios de comunicación inciden de manera significativa en la aparición. Las personas que lo sufren llevan a cabo conductas anómalas regidas por dietas estrictas y conductas compensatorias que impiden un desarrollo corporal correcto. Para prevenirlos es recomendable llevar a cabo unos hábitos alimentarios que no se separen de la dieta mediterránea. Dependiendo del trastorno, se deben llevar a cabo tratamientos dietéticos especializados para mejorar la salud del paciente, primero alcanzando aquellos déficits y carencias que la enfermedad ha causado en el paciente y después, recuperando el peso ponderal en los casos más graves o pérdidas de peso si el nutricionista lo requiere. Para terminar es necesario que familiares y pacientes sigan las recomendaciones impuestas en un programa nutricional por el nutricionista o dietista para evitar recaídas en la enfermedad.
URI: http://hdl.handle.net/10662/10112
Colección:Grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos

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